sábado, abril 20, 2013

ÉXITO Y FELICIDAD



Las decisiones que contribuirán a la elección de la profesión que el niño tendrá cuando sea mayor empiezan muy pronto.

 


Esther Gómez 

Una de las mayores preocupaciones de los padres es el futuro profesional de sus hijos. Las nuevas generaciones cada vez están mejor preparadas y tienen más formación que las anteriores. El mundo es cada vez más competitivo y los padres son conscientes de la importancia de la formación para el éxito profesional.

Sin embargo, cada vez hay más estudios que demuestran que no todo el éxito profesional se decide por la formación. Hay otros recursos emocionales que no solo contribuyen a este éxito, sino que más bien lo determinan. Pero queremos dar la importancia que se merece a cada una de las variables: una buena elección en la formación por un lado e inteligencia emocional por otro.

¿Cómo podemos ayudar a elegir bien a nuestros hijos?
La elección de la profesión es algo importante y complicado. Los que ahora son niños, cuando se incorporen al marcado laboral, pasarán más de treinta años de su vida haciendo la actividad que elijan para la cual se han formado, por lo que la elección de la formación tiene una importancia crucial.
Las decisiones que contribuirán a la elección de la profesión que el niño tendrá cuando sea mayor empiezan muy pronto. Por ejemplo, las primeras elecciones tienen que ver con las actividades extraescolares que se realizan en primaria.
Los padres pueden tomar varias posturas a la hora de aconsejar a sus hijos. Pueden fijarse en qué le gusta al pequeño, o pensar en qué actividad le puede venir bien para el futuro.
Hay padres que directamente eligen por sus hijos. Hay niños que no piden hacer una actividad extraescolar concreta, pero los padres le apuntan. Uno de los motivos puede ser querer que el pequeño aprenda alguna habilidad que le puede venir bien; otro que se divierta; y en ocasiones, los motivos tienen más que ver con los deseos propios del adulto, esto es: el papá o la mamá necesitan reparar un deseo propio no cumplido en su infancia.
Hay veces que a los padres les hubiera gustado jugar al tenis, tocar el piano o hacer gimnasia rítmica cuando eran pequeños, y no pudo ser, y entonces apuntan a sus hijos para vivir esta actividad a través de los hijos.
Esta opción en sí misma no es mala. Lo importante es no perder de vista si el niño quiere hacer esa actividad o no. Hay veces que los papás se muestran tan entusiasmados que los niños no manifiestan su descontento con la actividad porque sienten que defraudarían a sus padres y esto los pequeños lo suelen llevar mal.
En otras familias, los peques plantean directamente que no quieren ir y aún así, los padres insisten. En estos casos recomendamos siempre que decidan los pequeños. Hay muchas cosas a lo largo de su día a día que los pobres no pueden decidir, que para ellos es una obligación y nadie les ha preguntado si les parece bien o no, como son ir al colegio, hacer los deberes, estudiar, y tareas que en ocasiones se les pide en casa, como recoger su habitación, hacer su cama, etc.
Por lo tanto, creemos necesario que ellos puedan tener una actividad elegida por ellos y esta puede ser la actividad extraescolar. Les hará sentirse importantes y podrán conectarse con sus propias necesidades y deseos, lo que les hará conocerse más a sí mismos. En este sentido no es importante si cada año cambian de actividad. No sólo tienen que saber lo que les gusta, también es importante que se conecten con lo que no les gusta. Y hay cosas que hay que probarlas para saber si a uno le gustan o no.

Eligiendo de mayores
En etapas posteriores ya tienen que empezar a decantarse por unas asignaturas o por otras. Letras, ciencias, artes, etc… Y como elección más importante está la formación universitaria.
Sin duda es una opción difícil. En este caso el criterio puede ser de varios tipos. Hay personas que eligen en función de lo que se les da bien. Hay estudiantes que tienen facilidad para los números, la visión espacial, etc, con lo que optarán por asignaturas de ciencias, y otros alumnos que tienen más facilidad para las letras optaran por esta rama.
Otro criterio es “lo que más salidas laborales tiene”. Bueno, es un criterio más, pero piensen que van a pasar mucho tiempo de su vida haciendo esa tarea, así que más vale que le guste, porque si no, se va a hacer muy pesado el camino.
Otra opción consiste en elegir lo que a uno le gusta. Este criterio, sin duda, es el más útil. Porque este es el que mejor predice el éxito profesional. Puede ser que a un chaval se le de bien una disciplina, por ejemplo, el dibujo, pero que no le guste, que no lo disfrute. Si le gusta más otra opción como puede ser la historia, la decisión que más éxito laboral predice en este caso sería la historia. ¿Por qué?, porque cuando a uno le gusta lo que hace, lo disfruta y lo transmite, hace las cosas con ganas y con cariño y esto es lo que convierte una actividad laboral en exitosa.
No sólo la buena preparación, sino las ganas con las que el profesional hace y defiende su tarea es lo que va a determinar que la persona llegue lejos en su profesión o no. Y esto es aplicable a cualquier ámbito, en cualquier profesión.
Por lo tanto, recomendamos a los padres que escuchen, que recojan información sobre lo que les gusta a sus hijos. Y que cuando los pequeños hagan comentarios sobre lo que quieren, no se les juzgue ni se les critique. En positivo siempre.
Es común oír en consultas de psicología manifestaciones de pacientes que dicen: “Elegí esta carrera porque tenía muchas salidas, pero no me gusta nada y lo estoy pasando fatal porque a mí lo que me encanta es otra cosa”. O “Elegí esta carrera porque me dijeron mis padres que me iría bien, pero a mí no me gusta y no sé qué hacer porque lo estoy pasando fatal”.
Por lo tanto, la pregunta que consideramos mejor orienta y mejor predice el éxito profesional es: “¿Hijo, a ti qué es lo que más te gusta?”.

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