jueves, septiembre 28, 2006

felicidad hijos

Todos los padres deseamos que nuestros hijos sean felices, en la felicidad influye un factor importante: dar seguridad. No olvidemos nunca que ellos se ven a través nuestro y tienen de si mismos la viva imagen que les damos nosotros. Somos realmente su espejo, y según lo que vean en nosotros se auto valoraran y podrán tener o no tener confianza en ellos mismos.
Si les riñéramos siempre, si encontráramos que todo lo hacen mal, si a menudo estuviéramos alterados y enfadados cuando estamos en casa y no reflejáramos la alegría de disfrutar de su presencia, sería fácil que los hijos, al encontrarse poco agradables para sus padres, perdieran autoestima; y al perderla -entre otros conflictos- no serian capaces de enfrentarse a los retos que les surgirán a lo largo de su vida.
Queremos favorecer la autoestima de los hijos, deseamos que sean felices y que con su seguridad sean capaces de amar. Generalmente poco sabe amar el que no se ama a sí mismo. Se da por descontado pues, por parte de los progenitores una actitud positiva constante y al hablar, actuar, informar y motivar a nuestros hijos e hijas transmitirles nuestra comprensión.
Los cuatro factores que influyen en su felicidad y en su autoestima:
1. Aceptación:
Nuestro hijo es una persona única e irrepetible. Él tiene cualidades y defectos, pero tenemos que estar convencidos de que lo más importante es que capte el afán de superación y la ilusión de cubrir pequeños objetivos de mejora personal. Las cualidades son agradables de descubrir, los defectos pueden hacer perder la paz a muchos padres, pero se pueden llegar a corregir con paciencia, porque aceptamos totalmente la forma de ser del hijo, incondicionalmente y para siempre.
La serenidad y la estabilidad son consecuencia de la aceptación y, esto quiere decir: debemos actuar independientemente de nuestro estado de ánimo y el de nuestros hijos. También en circunstancias de más dificultades, como serían las de tener hijos discapacitados tendremos que crear la aceptación plena no sólo de los padres si no también de los hermanos y familiares, con la convicción de que repercutirá todo el afecto que se da en bien de la familia.
2. Cariño:
Las manifestaciones de cariño constantes serán la mejor ayuda para que nuestros hijos logren una personalidad madura y estén motivados para rectificar cuando se equivoquen. La familia crea unos vínculos afectivos que facilitan el desarrollo de la capacidad de amar. Estas manifestaciones las viviremos con el lenguaje verbal de la palabra: "¡qué contentos estamos de tenerte!", "¡Cómo te queremos!", u otras frases de este estilo.
Tenemos a la vez el lenguaje no verbal, tan importante para saber que les queremos: gestos cargados de ternura, caricias, besos, abrazo, miradas de cariño o de complicidad que no podemos dejar de hacer aunque en la etapa adolescente puede parecer que no lo deseen. No es así: el adolescente está inseguro y reclama saberse querido.
3. Corrección:
La corrección no puede ser hecha por nuestra comodidad, ni por nuestro cansancio, por no decir por nuestro mal humor o poco dominio personal. No olvidemos que es importante saber que no debemos reñir nunca a nuestros hijos delante de otras personas, los podemos humillar. Demostramos que los queremos si hacemos correcciones con paciencia y con el objetivo de ayudarles a mejorar. Avisándoles sobre lo que está mal les damos la posibilidad de rectificar.
Cuando hacemos una corrección debemos decir lo que está mal, o sea el hecho, nunca calificar a nuestro hijo o hija. Por ejemplo decimos: "esto esta mal…no has recogido tu habitación", pero no añadimos: "eres un perezoso y un desordenado".
4. El elogio y la valoración:
Elogiar el esfuerzo de nuestro hijo, siempre es más motivador para él, que hacerle muchas recriminaciones. Cuando se ama se corrige y se avisa lo que se hace mal, pero con suavidad y marcando unas pautas y unos límites que deben seguir, así damos la posibilidad de mejorar la conducta y ayudar a su responsabilidad personal y, en todo caso, siempre deberemos censurar lo que está mal, nunca la persona de nuestro hijo o de nuestra hija.
Ciertamente que ante las desobediencias o las malas respuestas, podemos perder las formas, pero los adultos debemos tener la voluntad de animar aunque estemos cansados o preocupados; por esto, en caso de perder los nervios, lo mejor es observar, pensar y cuando estemos más tranquilos decir, por ejemplo: ''esto puedes hacerlo mejor, yo te ayudo''. Durante el tiempo que estamos con los hijos siempre tenemos ocasiones para valorar su esfuerzo, no pedirles más de lo que pueden hacer, sino se volverían retraídos por dar más responsabilidad de la que pueden asumir.
Vamos descubriendo las cualidades de nuestros hijos, debemos potenciarlas para que sean felices i mejoren su auto estima. El elogio debe hacerse siempre con objetividad, se trata de valorarlos pero de manera que no crezcan con afán de notoriedad, ni de superioridad, es conveniente hacer el elogio a solas; algún hermano puede quedar resentido interpretando que el no es tan valorado.
Y para finalizar estas reflexiones sobre felicidad fomentando la auto estima, os incluyo una frase de Noel Clarasó:
"Tratar de mejorar uno mismo es empresa que da mejor resultado que tratar de mejorar a los demás"
Cardona

11 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Felicidades, Javier!
Por los textos tan estupendos que recibo. Soy madre y, además, profesora y
tutora de adolescentes, y, tengo que reconocer, que los he usado a veces en
alguna tutoría con padres.
¡Muchas gracias!
Saludos cordiales.

Anónimo dijo...

1. Gracias Javier, son muy bonitos los mensajes que envias, a los papás nos
sirven para reflexionar mucho, pues a veces se pierde la paciencia con los
niños, la carga de la casa y demás, pero es bueno contar con mensajes con
tanto contenido, te mando muchos saludos y no siempre te agradecere por los
consejos que me diste, bye.

Anónimo dijo...

Gracias por el envio. esta excelente como siempre

Anónimo dijo...

Gracias Javier por tus blogs. Feliz Fin de Semana.

Anónimo dijo...

Muchas gracias Javier por el mensaje, me ha gustado muchisimo y pienso
ponerlo en practica con mis hijos.
Que Dios lo bendiga y saludos desde esta isla.

Anónimo dijo...

Buenos días Sr. Mandingorra.
Ante todo quiero felicitarle por los documentos informativos enviados a mi
correo los cuales guardo y estudio muy cuidadosamente por ser bastante
constructivos en lo que respecta al comportamiento de nuestra sociedad.
Mi nombre es Aldo Méndez vivo en la ciudad de Guanare - Portuguesa -
Venezuela y represento al Movimiento Familiar Cristiano el cual trabaja con
parejas de novios y matrimonios ya realizados, por tal motivo me gustaría si
esta a su disposición me envíe material informativo al respecto, el
comportamiento del la pareja en el noviazgo y despues en el matrimonio, como
informacion sobre los celos, paternidad y maternidad, los hijos, y todo lo
que sea referente a la vida en pareja.
Espero no estar inportunandolo, se despide.

Elizabeth dijo...

Me gusta leer estos blogs Javier, me ayudan bastante en mi diario vivir, sobre todo para ponerlo en practica con mis hijos. Que Dios te Bendiga y exitos.

Anónimo dijo...

los padres son muyinchas! jeje pero en especial los mios!! teng 17 años ya no soy una bb y me tratan asi!! me cansaron!! lo uqe mas deseo es irme de mi casa yaaaaa!!!!!!!!!

Anónimo dijo...

Javier me conoces, pero no te imaginarias jamás quien soy. Tu y tu mujer junto con tus hijas soís de las mejores personas y ejemplares que conozco, se nota que la mano de Dios tiene bendcida vuestra casa, por hacer las cosas en condiciones. Aunque hace mucho tiempo que no nos vemos espero que vuestras hija y nietas sigan vuestros pasos. Enhorabuena.

Anónimo dijo...

Hola tengo este blog y todo sobre niños y su crianza me facina
queres visitarlo velo aqui luego charlamos
http://duermeminene.blogspot.com/

Isabel dijo...

Javier soy Isabel de Xirivella. ¿Cómo esta la familia? Supongo que estupenda, como siempre. Hace años que no sabemos unos de los otros, pero te aseguro que os sigó llevando con mucho cariño en mi corazón. Aquí las cosas van poco a poco, pero no me puedo quejar. José trabajando, yo terminando mis estudios, que solo me quedá una asignatura que me quedó pendiente para sacarme mi título (me esta costando sangre, sudor y lagrimas) no es lo mismo estar estudiando soltera y sin obligaciones que casada y más con dos niñas, una ADOLESCENTE y la pequeña es un tesorito. Que ya el año pasado la peque tomó la comunión y en el mismo año, la mayor se confirmó, púes ya tiene 17. Como pasan los años. Pero no me puedo quejar, tal y como se ven las cosas G.A.D. Bueno muchos besos para todos. Si podemos ponernos en contacto a ver si nos tomamos un café. Dalé muchos besoso a Sara. Mi correo es lizzy@ono.com By.